viernes, agosto 28, 2015

Cuenticorto: Algo semejante al mal.

Como lo anuncia el título, para esta semana la recomendación viene de dos fuentes que son pequeñas, pero no por eso menos profundas. Primero, el cuento del escritor cubano, nacido en Suiza, Alejo Carpentier y Valmont titulado "Semejante a la noche", publicado por primera vez en 1952 y que luego estaría en la colección de cuentos "Guerra del Tiempo" en 1958. La segundo, el cortometraje, es obra del director iraní Reza Parsa difundido en el 2002 con el nombre "Conociendo el mal", la cuál se centra en un sujeto que está a punto de llevar a cabo una explosión suicida, pero antes graba un mensaje para su hija, explicándole por qué no está con ella y lo que está a punto de hacer.

Para quien sea ajeno a la obra clásica de Homero, la Ilíada,  el título es tomado de una línea donde describe el movimiento del dios Apolo, que es semejante a la noche. Situación que seguramente a todos les ha pasado, ya sea cuando están trabajando, estudiando, cocinando o viendo un programa de televisión en la tarde y, de repente, ya es de noche; es algo que es muy rápido y que si bien, en la línea de tiempo objetiva tarda algo, para el sujeto es instantáneo.

Bueno, volviendo a lo que nos ocupa, la obra se centra en un personaje, un soldado que se prepara para la batalla. Los pensamientos de la ilusión –plantados ahí por las autoridades– rondan la cabeza del protagonista, mientras que transmite sus sentimientos de dudas, miedo, orgullo y reafirmación sexual.

La esencia del personaje trasciende el tiempo y el espacio a través de las épocas un día antes de embarcarse en una guerra. El autor mete el simbolismo del trigo, el aceite y el vino como productos que traen en las embarcaciones al momento de emprender la campaña como símbolos del Occidente.

La primera línea del tiempo es justo antes de la guerra de Troya –haciendo alusión a la Iliada–, la segunda puede ser entre los siglos XVI y XVII cuando se establecían las primeras colonias, a través de cruentas conquistas, en la tierra virgen de América y la tercera es antes del desembarco de Normandía en la Segunda Guerra Mundial.

Acompañando la esencia del guerrero, está siempre el de la mujer. El escritor hace hincapié en el poder que ésta es capaz de ejercer en las decisiones del protagonista; por un lado, puede de despertar las pasiones suficientes para embarcarse en una contienda troyana, en el caso de Helena, y por el otro, ejerce la presión de quedarse fuera de ésta comprometiendo su virginidad, en el caso de la prometida de la tercer línea del tiempo.

Retomando lo antes dicho de lo efímero del atardecer, marcando la transición del día a la noche, esta obra junta siglos de la historia de la expansión Occidental y lo condensa en una reflexión de los errores que el ser humano repite. Olvídese, estimado lector, de aquella frase preventiva "Aquel que no conozca su historia estará condenado a repetirla"; por que la amarga verdad es que detrás de nuestra armadura ilusoria de madurez cultural es sólo eso. Lo que nos trae al cortometraje del persa Parsa, "Conociendo el mal".

No espere una escena de acción. El director se centra en el hombre y el mensaje a su esposa e hija, Nora. Él graba su soliloquio en el asiento trasero de un carro en la noche. Primero, habla con su esposa en una lengua árabe, ordenándole que le enseñe el video a su hija una vez que cumpla cierta edad y que no se olvide de la manzana. Después empieza a hablar con su hija, esta vez en inglés, pronosticando que probablemente ella ya no recuerde su lengua familiar.

Su motivación, como el protagonista de Carpentier, es una mujer. El padre relata que una vez, cuando su hija era pequeña, hubo una manifestación cerca de su hogar. El abrió la puerta y vio a una joven, de la actual edad de la hija, que estaba muerta a causa de cinco disparos. "Ella pudo haber sido tú, Nora".

En preparación el le dice lo que está aconteciendo detrás de el y lo que está a punto de llevar a cabo. Antecediendo, el le dice la arma que usará: una bomba con "tecnología alemana, potencia belga y diseño italiano".  Tres elementos Occidentales (como el trigo, aceite y vino) que, ahora, serán usados en su contra.

El corto, que coincidentemente, se lleva a cabo un año después de los ataques terroristas que desencadenaron la serie de conflictos que han socavado al Medio Oriente durante casi tres lustros y que no tienen un fin próximo. Es la presentación de la otra cara de la moneda. El padre le dice a Nora, mostrándole la bomba atado a su torso "y ellos dicen que nosotros somos los terroristas, pero éstas (las bombas) son exactamente la que ellos dejan caer desde aviones en las cabezas de las personas".

No obstante, más allá del mensaje político, el padre muestra su humanidad a través de la manzana que lleva en el momento de hacer el video y que, ya para cuando la hija está viendo éste, es un árbol plantado por su madre. El símbolo de que él, o al menos una parte, aún está con ella.

Para concluir, esos instantes que para los mortales nos parecen eternos, ya sea la preparación para el combate al día siguiente o el mensaje de una padre a su hija antes de explotarse a él y decenas de personas, son en un plano más amplio son un mero suspiro. Los discursos oficiales Occidentales y positivistas: democracia y arriba y adelante, están huecos. Los humanos seguimos dando vueltas en el limbo de la violencia, unos para conquistar u otros más para ser escuchados, pero aún no hemos aprendido nada aunque nos duela admitirlo.

R. Ríos

Si usted gusta concerlos, éstos son los vínculos:
"Conociendo al mal": http://bit.ly/1JBG8GP
"Semejante a la noche": http://bit.ly/1ViDKwW

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